Desde hace décadas, los edulcorantes artificiales se han convertido en una alternativa popular para reemplazar el azúcar. Estas sustancias son ampliamente utilizadas en la industria alimentaria para endulzar bebidas y alimentos sin agregar calorías, y se pueden encontrar en casi todos los productos que se venden como «bajos en calorías» o «sin azúcar».
Sin embargo, ¿son los edulcorantes la respuesta para un estilo de vida más saludable? En este artículo, exploraremos los beneficios y riesgos de su consumo.
¿Qué son los edulcorantes?
Los edulcorantes son sencillamente sustancias que se utilizan para endulzar alimentos y bebidas sin aportar calorías. No son nuevos, pues a lo largo de la historia los humanos siempre hemos buscado diferentes maneras de endulzar nuestros alimentos.
Sin embargo y desde que el primer edulcorante artificial (la sacarina), fuera descubierto por accidente en 1879, el número y el uso de estas sustancias ha crecido enormemente.
Actualmente los consumimos de manera masiva en muchísimos productos que se venden con el rótulo de «saludables». Este fenómeno se explica en parte por el aumento preocupante en los casos de enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus, el sobrepeso y la obesidad; y en parte por el auge de la moderna «ola fitness», que a cualquier costo quiere renunciar al azúcar y que en general evita los productos altos en calorías.
¿Qué clases de edulcorantes existen?
A grandes rasgos, los podemos clasificar en tres grupos grandes que son:
Edulcorantes artificiales, que son sustancias sintéticas diseñadas para imitar el sabor dulce del azúcar, pero con muy pocas o ninguna caloría. Entre estos incluimos el aspartamo, la sacarina, el ciclamato y el sucralosa.
Edulcorantes naturales, que son sustancias que se extraen de plantas y se utilizan para endulzar alimentos y bebidas. Aquí es donde encontramos a la stevia, el xilitol y el eritritol. Estos pueden aportar algunas calorías, pero generalmente tienen un índice glucémico bajo, lo que significa que no afectan significativamente los niveles de azúcar en la sangre.
Azúcares alcohólicos, también conocidos como polioles, estos son sustancias que tienen un sabor dulce similar al azúcar, pero con menos calorías. Los azúcares alcohólicos comunes incluyen el sorbitol, el maltitol y el isomalt.
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¿Qué beneficios tienen los edulcorantes en nuestra dieta?
Pues para ser honestos, el único beneficio que se puede asociar a estas sustancias es el de darle un sabor dulce a los alimentos; nada más.
Si tomamos por ejemplo una bebida cualquiera que contenga edulcorantes, el que la bebida aporte cero calorías (que es lo que generalmente se publicita como un beneficio), realmente no constituye mérito alguno), porque en última instancia es la misma característica que tendría la bebida si fuera solo agua (qué es lo que deberíamos beber). Lo que nuestro organismo necesita beber es agua; no azúcar o cosas que tenga un sabor dulce.
Entonces podríamos pensar que los edulcorantes son ideales para las personas diabéticas o para quienes quieren mantener un régimen dietario bajo en calorías, pero nos engañamos, porque el asunto no es tan sencillo.
Es muy importante que no perdamos de vista que la raíz del problema no es que existan buenos o malos sustitutos del azúcar, sino la cuestionable adicción que tenemos los humanos al sabor dulce y a buscarlo en todas partes a como dé lugar.
¿Son saludables los edulcorantes?
Saquen sus propias conclusiones:
Aunque los edulcorantes son ampliamente utilizados y considerados seguros por la mayoría de las organizaciones de salud, la cuestión no es tan simple.
Si nos remitimos a la evidencia científica, nos encontramos con el hecho de que la supuesta y preconizada seguridad que tienen los edulcorantes, está lejos de ser algo completamente comprobado.
Existen muchas organizaciones de prestigio que los aceptan, pero eso no opaca el hecho de que también existen estudios y trabajos muy bien sustentados que reportan múltiples efectos adversos y cuestionan la seguridad de su consumo a largo plazo.
Esto debería importarnos aún más, por el hecho que mencionábamos al principio de este artículo: nuestra dieta está inundada de edulcorantes.
Es decir, en teoría los edulcorantes son seguros cuando se consumen en cantidades moderadas; pero, ¿qué es moderado y cuándo su consumo en una persona normal deja de ser moderado?
La oscura sombra de los alimentos Light
Pensemos un momento en una persona «fitness» que considera normal tener una despensa llena de chocolates, dulces, yogurt y postres light; refrescos en sobre y gelatinas light; una cantidad industrial de sobres de sucralosa o stevia para preparar sus zumos y hacer sus recetas caseras; y que cuando sale a la calle, bebe suplementos de proteínas y bebidas gaseosas light, endulzando sus cafés o su té con estas sustancias.
¿Qué cantidad de edulcorantes consume esta persona en un año? ¿Es esto un consumo moderado y seguro?.
En realidad, nadie lo sabe. Y es precisamente aquí en donde la supuesta seguridad que preconizan los mundialmente reputados organismos de salud, se tambalea y se va tornando difusa.
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¿Cuáles son los efectos nocivos que tienen los edulcorantes sobre nuestra salud?
Son muchos, a decir verdad.
Alteraciones metabólicas:
Uno de los mayores temores es que el uso excesivo de edulcorantes artificiales pueda estar relacionado con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes y la obesidad.
De hecho hay publicaciones que sugieren que su uso aumenta el riesgo de sufrir diabetes mellitus y complica el manejo de quienes ya son diabéticos. Esto es debido a que interfieren con la secreción de insulina y con el metabolismo de los carbohidratos, que son precisamente el núcleo del problema en el paciente diabético.
Igualmente producen interferencia con las neuronas que controlan el apetito, el hambre y la sensación de saciedad. Debido a esto alteran nuestro sistema de recompensa en el cerebro, lo que hace que nos sintamos menos satisfechos después de consumir alimentos dulces y que deseemos buscar con mayor intensidad alimentos azucarados.
Todo esto explica la asociación que tiene el consumo de edulcorantes y el aumento en el riesgo de sufrir problemas de sobrepeso y obesidad, que paradójicamente es una de las razones principales por las que su consumo se ha masificado.
Aumentan el riesgo de sufrir cáncer:
En particular, el aspartame se ha asociado al aumento en la presentación de diversos cánceres y con la migración o diseminación de las células cancerosas.
Los edulcorantes no son amigos de tu sistema digestivo
Son muchos los estudios que han encontrado que el uso de edulcorantes puede afectar negativamente la salud intestinal.
Este efecto se debe a que alteran el microbioma de nuestro intestino, lo que aumenta el riesgo de enfermedades gastrointestinales y entorpece la función de nuestro sistema inmunológico.
Además, algunos edulcorantes artificiales pueden tener efectos secundarios, como dolor de cabeza, náuseas, gases y diarrea, especialmente cuando se consumen en grandes cantidades.
Y hay muchos más:
En un ramillete amplio de efectos nocivos, los edulcorantes se han asociado a disminución de la memoria, alteraciones del riñón, mayor riesgo de sufrir infartos y accidentes cerebro vasculares, y muchos más.
Ningún edulcorante se salva de la controversia
No se salva ninguno. La fructosa por ejemplo, es famosa por aumentar los triglicéridos en sangre e incrementar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
La miel o la stevia al ser naturales, podrían ser más tentadores por parecer más seguros que los edulcorantes artificiales. Sin embargo algunos estudios han encontrado que la miel puede aumentar los niveles de azúcar en la sangre y la insulina (lo cual nunca es deseable a largo plazo); y la stevia puede tener un impacto negativo en la fertilidad.
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¿Qué deberíamos hacer?
Si bien los edulcorantes pueden ser una opción (cuestionable, por lo demás) para reducir el consumo de azúcar, es importante recordar que la base del problema es que estamos patológicamente acostumbrados al sabor dulce de los alimentos.
Cambiar un exceso por otro no es la solución. Nos hacemos un flaco favor al dejar de comer cantidades industriales de azúcar para comenzar a consumir toneladas de edulcorantes. Sencillamente no es lógico y sobre todo NO ES SALUDABLE.
Desafortunadamente la solución radical al problema de base es bastante impopular, porque la lógica dicta que lo que deberíamos hacer es reeducarnos en nuestro hábitos alimenticios.
Tendríamos que comenzar a redescubrir que todo lo que comemos o bebemos tiene un sabor natural; hasta el café más amargo tiene su sabor, que no merece ser opacado por el dulce.
Tendríamos que ser conscientes de que realmente somos una especie adicta al azúcar y lo que tendríamos que tratar es nuestra adicción. Tendríamos que volver a acostumbrarnos al sabor natural que ofrece lo que comemos… Y la verdad, la industria alimenticia no ayuda mucho a la causa.
Por lo menos una cosa queda clara después de todo los dicho, y es que los edulcorantes están muy, pero muy lejos de ser saludables, independientemente de que los estudios vayan y vengan en favor de defensores y detractores.
Referencias
Fuente de la imagen: Foto de Towfiqu barbhuiya en Unsplash
Edulcorantes artificiales y cáncer. Revisión del Instituto Nacional del Cáncer.
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Soy Médico y docente desde hace 20 años y a lo largo de ese tiempo, mi práctica profesional me ha permitido repensar los procesos de salud y enfermedad a la luz de un paradigma diferente. Me interesa no solo la práctica médica naturista sino también que las personas con las trato a diario, encuentren algo de valor en lo que he aprendido y puedo compartir, de modo que ellas mismas se conviertan en partícipes de su propio proceso de sanar.