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En un artículo previo te contamos acerca de la necesidad de implementar una dieta hipoalergénica en todos aquellos casos de alergias, sensibilidad alimentaria, enfermedades inflamatorias y degenerativas, enfermedades autoinmunes o inflamación de cualquier tipo.

En este artículo queremos darte las pautas orientativas de cómo implementar una dieta hipoalergénica que no solo mejore tu permeabilidad y función intestinal, sino que además te ayude a que tu sistema inmunológico deje reaccionar excesivamente.

¿Qué es una Dieta hipoalergénica?

Una dieta hipoalergénica es un cambio temporal de tu patrón o tus costumbres alimentarias cotidianas para aplacar al sistema inmunológico y a la inflamación en tu cuerpo.

Es en esencia una dieta de eliminación debido que durante un tiempo determinado suprimirás de tu dieta todos aquellos alimentos que a través de la práctica clínica y diversos estudios se sabe que causan alergias o sensibilidad alimentaria. 

Lo que deberás comer en ese lapso, serán precisamente alimentos poco agresivos con tu intestino y con tu sistema inmunológico. 

¿Qué beneficios tiene una dieta hipoalergénica?

El beneficio más obvio de todos es el mencionamos arriba: tu sistema inmunológico se «calma», pues al cesar el ingreso de alimentos con los que ha combatido durante muchos años, ya no hay necesidad de mantener el estado de guerra en todos los tejidos.

Esto trae como consecuencia que la inflamación crónica y generalizada de diferentes órganos, que es tan común en las personas alérgicas, comience a disminuir gradualmente hasta desaparecer. 

Percibirás una mejoría franca o la desaparición completa de cualquier síntoma que esté relacionado con esta inflamación general del cuerpo. Podría mejorar desde tu rinitis hasta tu asma; desde tu migraña hasta tu depresión; desde tu gastritis hasta tu colon irritable; desde tu fatiga muscular hasta tu artritis; y los ejemplos son muchos más.

Un cambio muy importante es que tus intestinos al no verse sobre expuestos a alimentos que los inflaman, recomponen gradualmente su función de barrera disminuyendo la permeabilidad, que como ya hemos mencionado, era el origen de todo el problema.

¿Cómo se hace una dieta hipoalergénica?

Realmente es sencillo: durante tres a cuatro semanas (y es muy importante que respetes este tiempo), no podrás consumir ninguno de los alimentos que hemos listado abajo y que hemos denominado alimentos «alergénicos o alimentos prohibidos».

Recuerda que tu alimentación en todo ese tiempo deberá estar constituida solo por los alimentos que abajo hemos llamado «permitidos».

En realidad no es difícil que te alimentes así. Lo realmente difícil es sobreponerse al trauma psicológico que representa dejar hábitos tan queridos y arraigados en nuestra dieta como el café, el licor o los dulces. Pero valdrá la pena; en serio.

Lo que debería pasar durante esas tres a cuatro semanas, es que los diferentes síntomas de cualquier clase que te aquejaban (incluso desde tu niñez) mejoren o desaparezcan completamente de tu cuerpo. Debes prestar mucha atención a la mejoría, pues esta es la mejor comprobación de que tu cuerpo llevaba años reaccionando y peleando con algo que solías comer.

Pero ahí no termina todo. A continuación harás una reintroducción gradual de alimentos, tanteándolos uno a uno hasta que encuentres a los verdaderos culpables de tus achaques. Para hacer esto, procede así:

Entre la tercera y la cuarta semana, comenzarás a introducir nuevamente los alimentos que habías suprimido durante todo ese tiempo. Deberás hacerlo de manera gradual enfocándote en un alimento a la vez.

Escoge uno solo de los alimentos «prohibidos»; cualquiera, el que más querido sea a tu corazón, y comienza a consumirlo en porciones normales, una o máximo dos veces al día durante un período de cuatro días. 

Si pasado ese tiempo no has experimentado ningún síntoma o molestia de las que te vamos a mencionar en el siguiente apartado, lo puedes seguir incluyendo en tu dieta. Eso sí, ten en cuenta que la frecuencia ideal con la que deberás comerlo de ahí en adelante será como máximo dos o tres veces en la semana. 

Repite este proceso con todos los alimentos «prohibidos». Encontrarás que algunos o muchos (según tus costumbres) te producirán síntomas. Esta es una señal inequívoca de que debes desterrarlos por siempre de tu alimentación o en el mejor de los casos, consumirlo muy, pero muy esporádicamente. 

¿Cuáles son los síntomas o los signos de que un determinado alimento te inflama?

Los síntomas y su intensidad dependerán del sitio en el que se cause la inflamación, no importa que esta sea leve o moderada.

Observa cualquier molestia abdominal; por ejemplo acidez estomacal excesiva, eructos persistentes, cólicos, distensión, gases excesivos y malolientes o diarrea. Podrías sufrir de estreñimiento transitorio, aunque este es un síntoma menos específico pues podría tener otras explicaciones.

Sobre tu piel podrían aparecer signos de resequedad excesiva, o placas descamativas similares a las de psoriasis (aunque casi siempre requieren más de cuatro días para formarse), o granos duros (comedones, como en las queratosis pilar) sobre la cara, los muslos o los brazos.

Vigila que no aparezcan brotes cutáneos o habones (ronchas) similares a las de las urticarias. 

En tus ojos puede haber también manifestaciones; tus párpados podrían presentar una descamación o caspa fina, y la conjuntiva podría inflamarse y enrojecerse. Incluso es posible que veas debajo de estos ojeras violáceas.

Presta atención a tu nariz por si hay obstrucción, congestión nasal o goteo. Vigila la aparición de tos (casi siempre tos seca, nocturna y en la madrugada o por bajas temperaturas) y cualquier otro síntoma respiratorio.

A veces la molestias que aparecen son menos específicas: episodios de migraña, fatiga, ansiedad o un cuadro de tristeza inexplicable.

Y obvio: deberás considerar como signo positivo la reaparición de cualquier síntoma que hubiese mejorado mientras hacías tu dieta hipoalergénica.

Alimentos que debes eliminar en tu dieta.

Estos alimentos son alergénicos y estarán prohibidos mientras dure tu dieta hipoalergénica:

1. Del grupo de Vegetales, Frutas, Legumbres Nueces y Semillas:
  • Tomates, maíz, setas, pimientos verdes, amarillos y rojos.
  • Si tienes antecedentes de alergias a la ambrosía, deberías eliminar también las alcachofas, las semillas de girasol, el diente de león, la manzanilla, la achicoria y las lechugas repollo (o batavia, como la llaman en nuestro país).
  • Los cítricos (todos) y las bebidas que los contengan.
  • Los melones (que muy a menudo contienen mohos o promueven su crecimiento)
  • Las fresas, los duraznos, el albaricoque, las bananas (que casi siempre contienen químicos que fuerzan su maduración).
  • Las frutas deshidratadas, como las uvas pasas, ciruelas pasas, arándanos o dátiles. Se podrían incluir, siempre y cuando sean orgánicos y no contengan azúcar sulfitada.
  • Granos que contienen gluten como el trigo duro, trigo espelta, centeno, cebada, avena. Esto incluye las harinas, las pastas y los productos de panadería derivados de estos granos.
  • La soya y sus derivados como el tofu, la leche de soya, la salsa de soya, y los fermentos de soya como el miso y el tempeh.
  • El maní, los pistachos, las castañas, la nuez del brasil, las avellanas y las nueces tostadas o confitadas.
2. Del grupo de las Carnes, Aceites y Condimentos
  • Carnes rojas incluyendo la carne de cerdo y el tocino. Las carnes frías o con cualquier proceso industrial (salchichas, mortadelas, jamones, salami, carne enlatada, carne ahumada, etc). Es común que contengan harinas, aditivos, colorantes y conservantes.
  • Leche de vaca y todos sus derivados (crema de leche, crema agria, quesocrema, quesos, mantequilla de vaca y yogurt).
  • Huevos
  • Mariscos, incluyendo camarones, langostas, vieras y cangrejo.
  • Todos los aceites refinados con extracción al calor
  • Todas las margarinas vegetales
  • Todas las mantecas animales
  • La sal refinada
  • Pimienta, paprika, jalapeños y curry.
  • Azúcar blanca o morena, panela y cualquier edulcorante(jarabe de maíz, jarabe de arroz, miel de maple, maltosa, maltodextrina, acesulfame k o aspartame, stevia, sucralosa o ciclamato de sodio).
  • El Monoglutamato de sodio (MGS) presente en la salsa negra, cubos de caldos, sopas de sobre, snacks salados, etc.
  • Postres y productos de repostería.
  • Cualquier colorante, preservante o aditivo o aditivo alimentario.
3. Bebidas
  • Café de grano o soluble y cualquier bebida con cafeína. Se incluye en té negro y las bebidas colas. Se exceptúa el té verde
  • Café descafeinado.
  • Bebidas alcohólicas.
  • Leches animales y sus derivados. 
  • Leche de soya.
  • Jugos de frutas industrializados. Usualmente son ricos en azúcar y aditivos.

Alimentos permitidos en tu dieta.

Estos alimentos son usualmente hipoalergénicos y estarán permitidos no solo durante tu dieta sino idealmente como parte permanente de tus hábitos de alimentación.

1. Del grupo de Vegetales, Frutas, Legumbres Nueces y Semillas
  • Todos los vegetales y hortalizas frescas (preferentemente orgánicas). Debes tratar de incluir espárragos, col de bruselas, apio, coliflor, repollos, cebollas, ajo, zanahorias, remolachas, puerros, frijoles y habas verdes, brócolñi, alimentos de hoja verde como espinacas, acelgas, cilantro, perejil, coles, hojas de mostaza, hojas de nabos, etc.
  • Yacón, calabaza y calabacín.
  • Germinados y brotes de alfalfa, raíces chinas, arvejas y frijoles germinados.
  • Frutas frescas no procesadas o congeladas.
  • Bayas frescas no procesadas o congeladas (excepto las fresas)
  • Jaleas y mermeladas siempre y cuando no tengan azúcar o aditivos.
  • Arroz blanco o preferentemente integral o parbolizado, mijo, alforfón, quinoa, tapioca, amaranto y teff.
  • Todas las legumbres, (incluyendo habas, frijoles y arvejas) frescas, congeladas o secas (no enlatadas). Exceptuamos la soya.
  • Almendras crudas, nueces, ajonjolí, semillas de calabaza y semillas de girasol.
2. Del grupo de las Carnes, Aceites y Condimentos
  • Pollo campesino y pavo y otras aves de corral, idealmente criadas en condiciones orgánicas.
  • Cordero (donde sea posible).
  • Pescado, ojalá silvestre aunque debe tenerse en cuenta la posibilidad de la contaminación con mercurio.
  • Pescado de criadero, siempre y cuando se cultive en condiciones orgánicas. Exceptuamos el tiburón, el pez espada, los blanquillos y la caballa.
  • Aceite de oliva obtenido por prensión mecánica en frío, para consumir crudo o en cocciones a baja temperatura.
  • Aceite de coco para cocción a latas temperaturas.
  • Aceite de girasol, de ajonjolí o linaza, SIEMPRE Y CUANDO SEAN OBTENIDOS POR PRENSIÓN EN FRÍO, y solo para consumir en recetas frías.
  • Sal marina
  • Todo tipo de hierbas para condimento (perejil, cilantro, berro, eneldo, albahaca, orégano, jengibre, tomillo, ajo, etc.).
  • Otras especias como cúrcuma, canela, pimienta negra, hinojo, etc.
  • Mantequillas de nueces o almendras o ajonjolí, dips, hummus, etc.
  • Salsas pesto o mostaza sin aditivos y no procesadas
  • Sidra de manzana.
  • Miel verdadera y pura no pasteruizada, aunque debes consumirla con moderación.
3. Bebidas
  • Agua filtrada en abundante cantidad.
  • Jugos de fruta o zumos y batidos verdes mezclados con fruta, caseros y sin azúcar o edulcorantes añadidos.
  • Infusiones caseras de hierbas aromáticas.
  • Té verde (no procesado).
  • Leche de arroz casera (no endulzada).
  • Leche de almendras o nueces caseras (no endulzadas).
  • Leche de ajonjolí casera (no endulzada).

Para terminar

Si decides a implementar una dieta hipoalergénica, será probablemente porque has llegado a un punto en tu vida en el cual realmente te preocupas por tu salud. En ultima instancia este tipo de dieta es no una moda, sino una herramienta terapéutica.

Lo que hemos tratado de ilustrar en este artículo es simplemente una orientación. Nunca debes olvidar que la dieta de cada persona es algo muy particular, pues cada organismo tiene una dinámica de respuesta diferente a cada alimento. 

Una comida particular que puede ser muy bien tolerada por una persona cualquiera, a ti puede enfermarte y hacerte sufrir lo indecible. 

Hay alimentos que sabemos por principio que son nocivos. Sin embargo en tu alimentación así como en la de cualquier persona, hay cabida para la individualidad.

Al final de cuentas nadie conoce tu cuerpo mejor que tú, y mediante este tipo de terapias, te podrás hacer consciente y a la vez responsable de tu propio bienestar.

Referencias

Fuente de la imagen en el post: Foto de clinica medica creado por freepik – www.freepik.es

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Soy Médico y docente desde hace 20 años y a lo largo de ese tiempo, mi práctica profesional me ha permitido repensar los procesos de salud y enfermedad a la luz de un paradigma diferente. Me interesa no solo la práctica médica naturista sino también que las personas con las trato a diario, encuentren algo de valor en lo que he aprendido y puedo compartir, de modo que ellas mismas se conviertan en partícipes de su propio proceso de sanar.

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