Para nadie es un secreto que vivimos en un mundo tóxico. Nuestros alimentos, el agua que bebemos, nuestros medicamentos, el aire que respiramos, los productos que aplicamos sobre nuestra piel, el alcohol, el cigarrillo… todo, absolutamente todo, viene cargado de toxinas.
Nuestro cuerpo lucha permanente contra todas estas sustancias peligrosas y por si fuera poco, debe deshacerse también de las que producen nuestra células en su funcionamiento diario.
Normalmente nuestro cuerpo tiene mecanismos muy eficientes para lidiar con estas sustancias; esto nos mantiene sanos y funcionando normalmente.
Pero, ¿qué pasa cuando estos mecanismo fallan? ¿qué pasa cuando la carga tóxica es tan alta que el cuerpo no pude eliminarla?
Un enemigo silencioso
A medida que envejecemos nuestro mecanismos de limpieza se desgastan y las toxinas comienzan a inundarnos lentamente. No es algo que nos ocurra de un día para otro. Es un proceso lento y constante que hace que en la edad adulta o en la vejez, nuestras células ya no puedan funcionar normalmente.
Aquí es cuando aparece la enfermedad. La carga tóxica acumulada nos pasa la factura y nuestras células ya no pueden funcionar correctamente. Desesperadas, tratan de adaptarse a un ambiente cada vez más hostil y terminan generando mecanismos de adaptación o degeneración que las hace funcionar aberrantemente.
Es ahí cuando nos volvemos hipertensos, o migrañosos o diabéticos; aparecen el cáncer y las enfermedades degenarativas. Nos quedamos sin saber el porqué de nuestras dolencias y nuestra mala suerte; de hecho nos acostumbramos a la enfermedad. Terminamos aceptándola como algo normal en nuestra vida.
La detoxificación es una nueva oportunidad
Sin importar nuestra edad es posible ayudar a nuestro cuerpo a deshacerse de la carga tóxica acumulada. Es posible hasta cierto punto, restaurar los mecanismos dañados en nuestras células y darles una segunda oportunidad para que funcionen bien.
Esto es lo que buscamos cuando hacemos una terapia de detoxificación.
Aquí la edad importa y mucho. No es lo mismo tratar de recuperar células jóvenes y con capacidad de responder, que trabajar sobre células ya dañadas irreversiblemente. Debemos adoptar hábitos de detoxfiicación frecuentes y de manera temprana en la vida. Esto reduce enormemente la posibilidad de sufrir muchas enfermedades.
La detoxificación no es una moda nueva y pasajera. Ha existido siempre en la base de las medicinas orientales y permite que la energía inteligente que anima nuestro cuerpo nos mantenga sanos y fuertes.
No podemos decir que la detoxificación sea la cura para todas las enfermedades; al fin de cuentas sabemos que cuando nuestro cuerpo enferma las causas son muchas. Pero sí podemos afirmar que al mantener limpio nuestro cuerpo nuestras emociones y pensamientos y por ende nuestras acciones serán más limpios. Nuestra consciencia tendrá una mejor herramienta física para morar y desarrollarse.
[smart_post_show id=»3612″]
¡Síguenos en nuestras redes!
Soy Médico y docente desde hace 20 años y a lo largo de ese tiempo, mi práctica profesional me ha permitido repensar los procesos de salud y enfermedad a la luz de un paradigma diferente. Me interesa no solo la práctica médica naturista sino también que las personas con las trato a diario, encuentren algo de valor en lo que he aprendido y puedo compartir, de modo que ellas mismas se conviertan en partícipes de su propio proceso de sanar.